Alfonso
Gary Becker y una manera económica de ver la vida

Gary Becker fue un gran economista. Surgió de la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago; fue Ganador del Premio Nobel en 1992, Medalla Nacional de la Ciencia en 2000 y Medalla Presidencial de la Libertad en 2007, entre muchos otros reconocimientos.
Pero lo que me apasiona de su trabajo son sus contribuciones a la aplicación de los principios económicos al capital humano, al ser humano. Antes de Becker, los economistas consideraban los rendimientos de los trabajadores como una masa uniforme e indistinguible. En pocas palabras: como si todos los trabajadores fueran iguales.
Gary Becker expuso que no es así. Expuso que no sólo las habilidades y educación afectan su productividad, sino otras distinciones más sutiles, como sus hábitos, su alimentación, los valores que los individuos traen desde casa, etc. De alguna manera, es uno de los fundadores del concepto de capital humano.
Pero Gary Becker fue más allá. Se planteó preguntas muy humanas pero con un amplio sentido económico:
¿Por qué los pobres se divorcian más que los ricos?
¿Por qué los ricos tienen menos hijos que los pobres?
¿Por qué las nuevas generaciones pasan más tiempo en la escuela?
¿Cómo afecta la discriminación a las empresas?
¿Tienen los criminales una forma de pensar distinta a los demás?
¿Por qué los países pobres tienden a tener leyes más paternalistas con los trabajadores?
¿Por qué la competencia económica reduce la discriminación?
Estas y muchas otras preguntas hicieron de Becker un economista muy especial. Recibió muchas críticas pero el tiempo le ha dado la razón. Hoy el modelo de capital humano es mundial aceptado y las empresas más competitivas buscan maneras de aumentar no sólo la educación y bienestar de sus trabajadores, sino de sus familias, eliminar la discriminación, etc.
Recordamos a Gary Becker por su forma económica de ver la vida.