Alfonso
Hoy más que nunca necesitamos al mercado
Como sabemos, la llegada del coronavirus trajo compras de pánico que generaron desabasto de productos. El más popular es el papel de baño.
La escasez provocó que algunos socialistas se levanten el cuello y apunten "El capitalismo no funciona". Es todo lo contrario. Funciona tan bien que en cuestión de días o un par de semanas la escasez de papel de baño será resuelta siempre y cuando el gobierno no intervenga.

El mercado transmite información. Las compañías de menudeo venden más papel de baño de lo normal y pondrán órdenes más grandes a sus distribuidores. Estos a su vez, ordenarán más de las manufactureros quienes incrementarán sus órdenes de materias primas y contratarán empleados adicionales para satisfacer esta demanda. El proceso es tan eficiente que sólo transmite la información necesaria. El proveedor de materias primas no necesita saber que el público está en pánico, simplemente que se requieren de más insumos.
El precio de algunos insumos será el incentivo para atraer recursos adicionales a esa línea de producción. No se necesita que un burócrata diga "Phoenix necesita X rollos de papel de baño y Tucson necesita Y". Los distribuidores ya lo saben y lo harán llegar más eficientemente.
Este proceso también redistribuye el ingreso a las actividades que le importan a la población. En estos momentos, los alimentos y papel de baño son más importantes que un boleto del circo Soleil. ¿Es justo que toda esta línea se beneficie? ¡Claro que sí! Están atendiendo nuestras necesidades y gustos.
El capitalismo y el libre comercio son los mejores aliados que tenemos en estos momentos de crisis e incertidumbre. Desconfía cada vez que un político diga que regulará precios, fijará cuotas, limitará importaciones o simplemente pondrá al estado a producir bienes. El mercado resolverá el problema, no el Estado.