Alfonso
La libertad se defiende con uñas y dientes

Decía Benjamin Franklin que el individuo que sacrifica la libertad a cambio de la seguridad no merece ninguna de los dos. Es relevante esta reflexión, ya que en el orden de las necesidades de la pirámide de Maslow, la seguridad aparece en el segundo escalón, justo después de las necesidades fisiológicas (comer, dormir, sexo, respirar, etc.). En tiempos del Covid-19, hemos sacrificado algo de libertad a cambio de seguridad en materia de salud.
Todos estamos o estuvimos en una cuarentena que tiene el propósito de mantener al máximo un distanciamiento social. Esto implica dejar cosas que nos gusta hacer: viajar, salir a un restaurante o bar, dejar de asistir a reuniones de amigos y familia, etc.
Pero no debemos perder de vista que así como el objetivo de una empresa es el de maximizar sus utilidades, el de los gobernantes es afianzar su poder. En el pasado, el gobernante lo lograba con obras, calidad en servicios públicos, seguridad, atrayendo inversión y creando de empleos, etc. Hoy, sabemos que dicho enfoque ya no es necesario. Basta con manufacturar una opinión pública vía redes sociales y formular una narrativa al servicio del gobernante.
Y es que la necesidad de seguridad y la incertidumbre son la narrativa perfecta para que los gobernantes aumenten su poder. Les cae "como anillo al dedo".
Hoy más que nunca es primordial que los ciudadanos no perdamos de vista esa libertad que gozamos. Es muy fácil perderla. Es nuestra responsabilidad mantenerla y de nadie más. Si un gobierno comienza a consolidar su autoritarismo es porque hemos bajado la guardia. La complacencia tiene un costo muy alto.
No estoy sugiriendo una desobediencia al gobierno. Lo necesitamos para combatir y coordinar la batalla contra el virus. Pero no perdamos por un instante su naturaleza, acumular poder y sobre todo, no olvidemos la nuestra: la necesidad de seguridad.
