Alfonso
Lo que aprendí cuando tuve un restaurante
16 de Septiembre de 2019
La foto que comparto me presenta como un Chef. No hay nada más alejado de la realidad, ya que no sé cocinar. Tuve la oportunidad de ser dueño de mi propio restaurante durante un período de nueve años. Decidí venderlo hace unos años atrás y últimamente he meditado sobre lo que me dejó esa experiencia.
Existen tres roles que es muy común que los dueños no sepamos diferenciar.
El cocinero (o trabajo técnico): Existe el mito de creer que por saber hacer el trabajo técnico, ya puedes tener un negocio. Saber cocinar no equivale a saber ser dueño de un negocio.
El gerencial o administrador: La persona que administra los recursos que le fueron dados, desde los empleados, equipo, tiempo, etc.
Y finalmente, el emprendedor: Se trata de emprender la visión que le has dado a esta inversión. En este rol, actúas como creativo pero también como inversionista exigiendo utilidades de la empresa.
No existe nada de malo de que el dueño quiera desempeñar los primeros dos roles. El problema es que el cocinero y el gerente sabotean al emprendedor. Le roban tiempo.
Me costó tiempo, esfuerzo y dinero entender que lo mejor que puedes hacer es dedicarte 100% al rol de emprendedor. Cerca del año 4 o 5, lo llevé a cabo. Me retiré completamente de "ayudar" en la cocina, entrené a un buen gerente y me dediqué a revisar los números día y noche.
Una vez que acepté el rol de emprendedor, llegaron mis mejores años.
