Alfonso
Los líderes mexicanos siguen sin saber calibrar a Washington
Actualizado: 23 nov 2020
Existe una larga historia de mal manejo diplomático de los líderes mexicanos con respecto a Washington. Los tropiezos son muchos y muy documentados. Entre los más recientes destacan:
-El presidente actual, Andrés López Obrador se niega a reconocer el triunfo de Joe Biden y con ello se une a una reducida lista de líderes autoritarios que no lo han hecho. Entre ellos, el líder ruso, Vladimir Putin; el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro; el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong Un. Se trata de un grupo que tiene algo en común: autoritarismo.
-Este mismo presidente, en un mal cálculo, visitó Washington y se negó a reunirse con el equipo del entonces candidato Joe Biden, así como un grupo de Senadores y Congresistas del partido demócrata. Ya en su reunión con Donald Trump, falto de dignidad se negó a exigir disculpas por los insultos que el presidente estadounidense ha hecho a los mexicanos y en algún momento hasta le comenzó a aplaudir.
-Cuatro años antes, fue su antecesor, Enrique Peña Nieto, quien cometió un error sin precedentes: Invitar al entonces candidato Donald Trump a visitar México. Dicho momento fue un parteaguas para su campaña, pues validó al entonces candidato republicano ante su electorado. Lo hizo ver presidenciable. Y no se retractó de su idea de construir el muro en la frontera.
-Hace unos 18 años, fue el entonces presidente Vicente Fox quien cometió una pifia diplomática: dejarse grabar por el dictador Cubano Fidel Castro mientras Fox le pedía que abandonara la Conferencia de Líderes de las Naciones Unidas en Monterrey, México.
La excepción fue quizás Felipe Calderón, quien no sólo llevó una extraordinaria relación con el entonces presidente Barack Obama, sino recibió una ovación por el Congreso estadounidense en el Capitolio de Washington al exigir un mayor control de armas y un repudio a la Ley de Arizona, SB-1070.
Aunque las pifias de los líderes son claras, a nivel técnico la historia es muy distinta. Los negociadores, cabilderos y técnicos mexicanos son sofisticados y saben administrar acuerdos como el TLCAN (NAFTA, en inglés) o el TMEC (Tratado México-Estados Unidos-Canadá). Los técnicos mexicanos corrigen los errores de los presidentes; son capaces y a menudo superiores a sus contrapartes estadounidenses. El problema son sus líderes.