Alfonso
Sin matemáticas, no hay libertad
Actualizado: 1 ago 2020

Cuando la especie humana aprendió a aplicar las matemáticas, se apreció un crecimiento y desarrollo económico y científico. Los resultados son muy conocidos en la medicina, biología, física y más recientemente en la economía, finanzas y otras ciencias sociales. Y pocas veces se habla de la influencia de las matemáticas en las artes y sus contribuciones a la música, literatura, el cine y la libertad.
Las matemáticas dirigen el flujo del Universo, se esconden detrás de sus curvas, sus formas mantienen los reinos de todo; desde los pequeños átomos hasta la formación de galaxias.
Las matemáticas son universales. Su significado es el mismo hoy, mañana y hace 500 años. Y es falso que se requiera ser matemático para apreciarlas, para contemplar su poder y dejarse guiar por su sabiduría. Es como decir que sólo quienes saben tocar un instrumento pueden apreciar la música.
Es muy fácil determinar si una sociedad es libre o no. Basta con determinar si sus políticos y su sociedad en su conjunto se rigen por principios científicos o si lo hacen por doctrina y simple política.
Las matemáticas al fin y al cabo son acerca del pensamiento abstracto e identificar patrones. La capacidad de los humanos de cuantificar estos patrones es lo que más nos distingue del resto de las especies. Nos da la capacidad de construir edificios, proyectar ventas, elaborar algoritmos o poner al hombre en la luna.
No soy matemático ni mucho menos. Soy economista y mi relación con las matemáticas no siempre ha sido amorosa. En alguna ocasión saqué un 20 en un examen y cuando fui a revisión con el profesor me dijo "Y probablemente merecías menos".
Las matemáticas son quizás el instrumento que eleva al hombre a su máxima expresión. Nos conecta entre nosotros mismos y con el mismo Universo.
¿Qué tienen que ver las matemáticas con la libertad? Si queremos hacer un experimento o progresar en algún aspecto de nuestras vidas, requerimos de algún tipo de indicador. Se requieren medir causa y efecto. De esta forma, no habrá ambigüedad en cada paso de nuestro recorrido.
Cada vez que escuches a un político hablar, pregúntate si son medibles sus ideas. Si no lo son, probablemente se trata de una doctrina. No se trata de los números, fórmulas o ecuaciones. Se trata de explorar libremente la verdad. La esencia de las matemáticas es su libertad.
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